Sentir, pensar y hacer de forma diferente - Desarrollamos organizaciones y personas

Cuando culpamos de nuestros problemas a todo lo que nos rodea (el jefe, la  crisis, los compañeros, la familia…), estamos adoptando el papel de víctimas.

Cuando lo hacemos es porque necesitamos justificarnos a nosotros mismos y mantenernos relativamente tranquilos.

Pero, por otro lado, aceptar una situación no deseada pensando: “Las cosas no son como a mí me gustaría que fueran, pero tampoco puedo hacer nada para cambiarlas”, tampoco es una postura eficaz, ya que si siento que no puedo hacer nada para resolver esa situación, no tendré ningún poder ni capacidad para emprender alguna acción y poder cambiar las cosas.

 

Al igual que estas, hay ocasiones en nuestra vida en las que debemos enfrentarnos a situaciones que escapan a nuestro control y sobre las que no podemos intervenir, sin embargo, hay otras de las que creemos que no podemos intervenir, cuando realmente lo que ocurre es que no vemos que existen otras opciones. Algunos indicadores que pueden ayudar a tomar conciencia de si estamos en una actitud victimista o protagonista son:

1 Si siento que la responsabilidad de cómo me siento y cómo me comporto la tiene el otro, adoptaré una actitud victimista. En este caso estaremos adoptando un lenguaje del tipo: “Tú me haces sentir mal”, “Me sacas de mis casillas”…

En cambio, si asumo que yo soy responsable de cómo me siento y de cómo me comporto, adoptaré una actitud protagonista, y emplearé frases como: “Cuando tú te comportas así, yo me siento mal”, “Te pediría que…”.

2 Si creo que los otros o las circunstancias me impiden lograr mis objetivos, posiblemente haga afirmaciones como: “Si no fuera por mi jefe, ya habría ascendido”, “Las circunstancias me impiden hacer…”.

Pero si soy yo quien cree que no está logrando sus objetivos y que puede hacer algo al respecto, posiblemente use un lenguaje que me dé poder: “Quiero ascender en la compañía y voy a hacer algo al respecto”, “Necesito un cambio y voy a buscar  oportunidades”…

3 Si pienso que la falta de tiempo es la causa de mis problemas, posiblemente diga: “No he tenido tiempo para acabar el informe”, “Si tuviera tiempo, habría atendido este asunto”… Pero si, por el contrario, asumo que yo tengo responsabilidad sobre la gestión de mi tiempo, probablemente lo que diga sea: “Voy a priorizar las tareas para acabar el informe a tiempo”.

En este caso, la actitud que adoptaré será la de darme cuenta que digo que este asunto es importante, pero en la práctica no me pongo con él, ya que no le estoy dando importancia.

En estas situaciones, el coaching es útil, ya que proporciona las bases para que la persona tome conciencia por sí misma de que hay otra forma de ver la realidad y que desde ese nuevo enfoque puede encontrar opciones, maneras diferentes y creativas de solucionar problemas y conseguir sus retos. Desde una posición protagonista, la persona percibe su poder, incrementa su capacidad de acción y se hace responsable de lo que ocurre en su vida.

Artículo de Maite Gómez Checa, Coach Ejecutivo Senior por la Metodología CORAOPS, acreditada Senior por ICF y AECOP, y socia de ICE Coaching. Directora Académica del Curso Superior de Coaching Ejecutivo de la Universidad Autónoma de Madrid.

Publicado en la revista Psicología Práctica Nº159

Comentarios (1)

  1. hosting

https://bakenshipproducts.com/images/best-cheap-web-hosting-38808.jpg

 
There are no comments posted here yet

Deja tus comentarios

Posting comment as a guest. Sign up or login to your account.
Archivos adjuntos (0 / 3)
Share Your Location