¿Cuánto tiempo dedica una persona a estar en su puesto de trabajo? Formalmente, un máximo de 40 horas semanales, es decir, 1.826 horas y 27 minutos por año. En mi opinión, mucho tiempo de la vida en la que no te puedes permitir dejar de ser feliz.
Cada día asistimos a conversaciones dedicadas a la temática laboral dentro de los diferentes entornos sociales en los que nos relacionamos. Ante la pregunta sobre el momento de cada uno, no es raro encontrar declaraciones llenas de insatisfacción y negatividad. “¡Es que yo antes tenía…y ahora tengo!”, “¡Es que tengo un compañero que…y yo hago más!”, “¡Es que si me dejaran a mí,…yo haría…!” y por supuesto no puede faltar una de “¡Es que mi jefe…!”.
Pero este tipo de conversaciones no sólo se componen de declaraciones en la que se recogen diferentes necesidades, sino que van acompañadas por un mar de soluciones que vienen determinadas por el rol consultor que cada persona tiene. Para todos es conocido las declaraciones del tipo, “Yo en tu lugar…” “Yo haría…” “Tú tienes que hacer…”.
Hay profesionales que deciden mantenerse de manera continua en esa posición. Por contra, otros reflexionan sobre qué se han llevado de esas conversaciones, cuánto tiempo quieren seguir sientiéndose así, cómo les gustaría sentirse y qué necesitarían hacer para cambiar la situación.
Haciendo referencia a uno de los fundamentos del coaching, el coachee es el responsable del proceso y como tal, puede decidir qué objetivo se quiere plantear. El papel del coach es una labor de acompañamiento al coachee en este camino. Un camino que hace que el coachee salga de su zona de confort y pueda sentir miedo. Como dice Mario Alonso Puig, el miedo es el elemento que derrota a un mayor número de personas.
¿Cuántas buenas ideas profesionales hay que nunca verán la luz por el miedo? ¿Cuántas acciones se dejaran de hacer por las limitaciones que nos ponemos a nosotros mismos? ¡Qué importante es seguir dando a conocer el coaching como herramienta para acompañar en este proceso de expansión!.
En mi experiencia como coach usando la Metodología CORAOPS®, he podido ver el poder transformacional de esta disciplina. Cómo, a través del proceso de coaching, el coachee tiene la oportunidad de encontrar alternativas que le pueden llevar a recuperar su felicidad profesional.
Como dice Leonardo Wolk en su libro El arte de soplar las brasas "Me defino y defino al coach como un soplador de brasas". Una definición que además de poner de relieve el papel retador del coach en la acción de soplar, pone en la transparencia del aire su papel secundario en el proceso. Por otro lado, una definición que invita al uso coaching como herramienta que ayuda mantener el fuego profesional.
Artículo de José A. Gutiérrez Solís, Coach CORAOPS
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