Poderosas las palabras que nos permiten describir la realidad y más allá, inventarla y reinventarla, que nos etiquetan como cultos o incultos, andaluces o gallegos, creyentes o ateos, tímidos o atrevidos, brillantes o mediocres, y más, mucho más.
Poderosas las palabras que nos permiten declarar, prometer, negociar, afirmar o negar, seducir o engañar, cimentar imperios y construir fronteras.
Poderosas las palabras que nos comunican y nos alejan con los otros, que transmiten culturas, creencias, sentimientos, ideas, descubrimientos, afectos, deseos, miedos.
Poderosas las palabras, convenio colectivo en el que nos desenvolvemos con mayor o menor soltura.
Poderosas las palabras que, de pronto, dejan de serlo.
Hoy es un día especial. Cuerpo y Emoción toman el mando para guiarme en un territorio sin límites. Por todo equipaje mis sueños a un destino expresado sin palabras, mi mandala.
En el trayecto las sorpresas me inundan: energía que me envuelve y, convertida en juego, me deleita. Es mi Cuerpo, libre de normas y protocolo, libre de edades y miedos, quien sin aquellas viejas y poderosas palabras, me invita a la fiesta de la vida. Es mi Cuerpo quien comparte y comunica en un plano diferente, cuyas coordenadas habitan en mi memoria profunda de humanidad sabia; mis ojos ya no son esos observadores torpes y engañosos, se han convertido en las puertas de acceso a los otros que, sin mirar, al fin me ven. Música, silencio, luz, oscuridad, movimiento, quietud, mi Cuerpo habla al fin y se expresa con júbilo. Puedo volar o yacer, ser árbol o montaña, río o lago, vela o volcán, brisa o tormenta, niña o anciana.
Emoción despierta perezosa, ¿qué será este alboroto?, presta atención y descubre encantada que la invitan a una fiesta, se sacude la pereza, rescata el entusiasmo, dispuesta a derrochar sus encantos, viste sus mejores galas para asistir a esa fiesta inesperada y si se tercia, ser la protagonista.
Cuerpo, su viejo amigo, su compañero, celebra sus sensaciones y Emoción se desborda, como siempre, en sonrisas y lágrimas, gestos pequeños, abrazos cálidos, ternura, aceptación, amor que brota por cada poro de la piel de su querido Cuerpo, hasta fuegos artificiales iluminan la noche.
Cuerpo y Emoción, son ahora más cómplices, compinches en las duras y en las maduras. La fiesta continúa aunque algo les falta… si, su compañera de tanto tiempo, Palabras, esa herramienta torpe y destartalada que se cree la más poderosa. Generosos ambos, corren a llamarla y Palabras, hoy vulnerable, solo dice gracias.
La fiesta acaba y nada volverá a ser como antes. La andadura continúa para descubrir nuevos territorios de convivencia, para aprender que todo es tan posible o imposible como yo decida y que la magia existe. Juntos e inseparables, los tres amigos: Cuerpo, Emoción y Palabras, como aquellos mosqueteros, serán uno para todos y todos para uno. Y yo, por ellos acompañada, viviré cada nuevo día en armonía conmigo misma y con el mundo.
¿Quieres ampliar tus opciones de acompañamiento? ¿Quieres salir de tu zona de confort? ¿Quieres sentir, bailar, jugar, reír…?
Curso intensivo Cuerpo y Emoción
Artículo de Raquel de Francisco, Coach CORAOPS
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